En el Bufete Almodóvar & Jara, a raíz del caso que llevamos de Borja el niño que falleció con sólo cinco años tras consumir el fármaco Invega, nos interesamos por lo que significa recetar medicamentos que NO están indicados para la enfermedad a tratar. El pequeño padecía epilepsia pero le recetaron un tratamiento para la esquizofrenia, sin ser esquizofrénico, claro.

Invega1Que un fármaco se recete fuera de indicación quiere decir que ningún organismo regulador de tratamientos médicos lo ha autorizado. La indicación “sospechosa” no está pues recogida ni en la ficha técnica del medicamento -el documento oficial y técnico sobre el mismo- ni en su prospecto.

Esto es ilegal pero al mismo tiempo es “normal”, vaya que se ha normalizado en el sistema sanitario con los peligros que ello conlleva, como vemos.

Los colegios de médicos, más preocupados por perseguir pseudociencias que les son ajenas, miran para otra parte. Pero la receta de medicamentos off-label, fuera de indicación, no deja de ser pseudociencia también pues se ofrecen remedios no probados científicamente. Y ha habido sentencias judiciales que han impuesto sanciones de cientos de millones de dólares por la promoción de medicamentos para indicaciones no autorizadas.

También hemos conocido más datos de otro caso (¿y van?) de ocultación de posibles daños en las personas por un medicamento. Durante la pandemia de gripe A, entre 2009 y 2010, se puso una vacuna llamada Pandemrix (del laboratorio GlaxoSmithKline, GSK) que causó 1.300 casos de narcolepsia como uno de los graves efectos secundarios de la misma. En un artículo publicado en el prestigioso British Medical Journal (BMJ), uno de sus editores califica el asunto de “catástrofe evitable”.

¿Por qué sabemos que pudo evitarse? Porque gracias a las demandas judiciales de las víctimas, en los juicios, están apareciendo documentos que confirman que GSK y las autoridades sanitarias estaban al tanto sobre los daños que podía provocar Pandemrix. Hubo pues pseudociencia al manipular a la población mundial para que aceptase una pandemia que no existió y los gobiernos comprasen en masa antivirales y vacunas que luego resultaron peligrosas al no estar bien probadas.

Logo-Bufete-RAM-300x132Por último (por hoy) comentar sobre dos estudios amplios que se han publicado durante este mes de septiembre. Millones de personas toman estatinas sin padecer ninguna enfermedad a pesar de que sus beneficios no están probados y sus efectos secundarios, además, pueden ser graves.

Y tras décadas de recetarlas a personas sin síntomas de enfermedad cardiaca cada vez está más documentado que no hay motivo para ello pues no existen pruebas de que tener el colesterol alto pueda causar infartos.

Todo esto como vemos son muestras de una pseudociencia peligrosa que lleva instalada décadas en los sistemas sanitarios y cuya mortalidad es evidente: Se cifra en 200.000 los muertos en EE.UU. al año por fármacos y en Europa al menos 197.000 personas fallecen anualmente por esta causa.