Publicamos hace unos días el post  Sobre la píldora para la Covid que desarrolla una compañía farmacéutica. Ahora hay novedades pues comienzan a llegar datos sobre sus efectos secundarios. Una parte de la prensa se limita a difundir que el fabricante, Merck, Sharp and Dohme  (MSD), «no informó sobre  efectos secundarios graves entre los voluntarios de su ensayo clínico».

Otros medios, sin embargo, ofrecen un dato:

El 1,3% de los participantes abandonaron el tratamiento por registrador efectos secundarios“.

Habría que ver porqué tipo de daños abandonaron los trabajos esas personas.

Esto es harto difícil pues los datos en brutos de los ensayos clínicos, como tantas veces hemos explicado, son  propiedad legal de los promotores, es decir en este caso de MSD y esos no los publican.

En esta otra publicación encontramos lo que sigue:

Para el estudio se pidió a los participantes que se  abstuvieron de tener relaciones sexuales  o el uso de anticonceptivos debido a que el molnupiravir podría tener el  potencial de causar malformaciones de nacimiento“.

Esto es interesante saberlo porque luego, cuando se comercialice y como existe la tendencia a no leerse los prospectos, pueden ocurrir esos eventos.

Ahora bien, hay un problema con el nuevo medicamento en experimentación, como bien explica  este artículo, extenso, técnico pero a la vez didáctico. El tratamiento de MSD actúa como  mutágeno  y puede alterar el genoma viral, de hecho para eso está pensado.

Los fármacos como  molnupiravir  son terapéuticos de amplio espectro, lo que significa que pueden afectar a muchas células del cuerpo, ya que nuestras células no pueden diferenciar entre el fármaco y los nucleósidos  adecuados (el fármaco es una versión modificada de los nucleósidos utilizados en nuestro cuerpo).

Este efecto secundario es prominente en multitud de pacientes con cáncer que reciben  quimioterapia. Muchos quimioterapéuticos son análogos de nucleósidos y se administran en un intento de utilizar la naturaleza de las células cancerosas que se dividen rápidamente, pero esto también significa que cantidad de nuestras células también pueden convertirse en objetivos del tratamiento.

Por eso que muchos de los  efectos secundarios de las quimioterapias  incluyen pérdida de cabello, piel seca y uñas quebradizas, ojos secos y problemas gastrointestinales. La prisa por obtener la aprobación de molnupiravir podría conducir al desastre.

En el caso del tratamiento de Merck, puede insertarse en el genoma de las células no infectadas, lo que conduce a la acumulación de mutaciones y  posiblemente al desarrollo de cáncer, como explica de manera promenorizada ese artículo que cito.

Existe alguna evidencia que sugiere que esto puede ocurrir con el molnupiravir, como lo indica un  estudio publicado en  The Journal of Infectious Disease . En este trabajo, los investigadores encontraron que la exposición a este tratamiento provocó que una línea celular de mamífero mutara y resistiera la celular cuando se exponía a una toxina, lo que indicaba que había ocurrido una  mutación genética.

Los autores del estudio lo explican así:

La misma actividad mutagénica que impacta en la replicación viral tiene el potencial de incorporación y mutagénesis del ADN del hospedador (…) La preocupación sería que las mutaciones en el ADN del huésped podrían contribuir al  desarrollo de cáncer  o causar defectos de nacimiento, ya sea en un  feto en desarrollo  o mediante la incorporación de las células precursoras de los espermatozoides».

Así que los datos sobre baja incidencia de efectos secundarios, primero, provienen del fabricante interesado en que todo le salga bien y, se mide la  toxicidad aguda, escribamos inmediata, no la que pueda producirse por el impacto del tratamiento en nuestro organismo  a largo plazo.